YVAN IN THE DARKROOM: A los pies de la cama
de
Noticias Recon
08 diciembre 2020
Yvan, alias QueerYvan, es historiador sexual. En esta serie de artículos, comparte con nosotros algunos de sus encuentros fetichistas favoritos (con todo lujo de detalles), y también nos pone al día sobre la historia del fetichismo.
Cuando conocí a mi master, las cosas eran diferentes. Yo era activo y nunca me habían follado; él era más joven y tenía ganas de hacer muchas cosas, pero no sabía de qué. Me entregó su cuerpo cuando nos pusimos a explorar nuevos territorios, inventando nuestros propios juegos de BDSM, atravesando los límites de nuestra experiencia hasta que los expandimos más. En la actualidad, yo duermo a los pies de su cama, en un colchón que está en el suelo, deseando que quiera algo de mí. A veces lo que quiere es mi lengua para que le haga sentirse bien, o mis dedos para que le dé un masaje en los pies cansados, o mi culo para que me lo destroce, o mi cuerpo para darme una paliza. Contengo la respiración cuando oigo su voz y parece que es como si yo mismo me estuviese llevando casi hasta el final, sin dejarme terminar de disfrutar.
A menudo, simplemente nos quedamos tumbados disfrutando del calor, hablando hasta altas horas de la madrugada. No me puede ver en la sombra a los pies de su cama, por eso, cuando me subo a su cama para chupársela mientras él está tumbado boca arriba mirando el tintineo de la vela en el techo – y ni me muevo cuando me echa la cera derretida en la espalda – es como si entrase dentro del sol. No hay nada que no le dejaría hacerme, esa es la razón por la que tengo la espalda llena de marcas que me ha hecho él. Cada vez que me tocan el cuerpo me hace pensar en él, ya sean sus manos o las de otro, incluso aunque sean las mías. Le doy todo lo que quiera conquistar.
Una noche me estaba contando una vez que follamos como animales, en una colina con vistas a Lyon, las luces de la ciudad estaban parpadeando mientras le follaba el ojal, apretándole contra la piedra fría. Nos estábamos pajeando cada uno en su cama cuando en este momento empezó a hablar de cómo le agarré los hombros con las manos, agarrándole como si le poseyera, metiéndosela hasta el fondo. En ese momento vino a mi cama, me puso la polla en la cara y siguió pajeándose mientras le comía el culo. Me corrí justo después de él, y me dejó en el charco del semen que habíamos producido. Me dijo que estaba pensando en que le follasen como yo le había follado en Lyon cuando se corrió. "quiero que me follen mañana," antes de darme un beso de buenas noches, dejándome ahí tumbado en medio de toda la corrida.
* * *
Me dio media viagra después de besarme, y me dijo que fuese a su cama en una hora. Esos momentos cuando follamos – cuando le follo – son fantásticos. Estoy tan emocionado, que es como si la espera durase un minuto solo. También está desnudo cuando se me acerca, y me vuelve a besar, se sienta sobre mi cara y me pasa su culo peludo por la boca, abriéndoselo para que pueda penetrarle bien. Está limpio, sabe a almendras, y a sudor. Tiene el olor de todo el día en su cuerpo, excepto en la parte del cuerpo que le ha dilatado en agua caliente. Se mece sobre mi cara, asfixiándome con sus pelotas, pajeándose hasta que le empieza a salir líquido preseminal de la polla. Siento cómo se me empieza a poner dura la polla, pero no me la toca, y me aparta las manos cuando intento tocármela yo. Se echa hacia adelante, levantándose de mi cara para que pueda verle el ojete y los pelos rizados y mojados que hay alrededor, y me dice: "Va a venir un tío a follarme esta noche. No se va a quedar toda la noche. No te va a tocar a ti ni un pelo. Solo sexo. ¿Te parece bien?", y levanta el culo de mi cara. "Desde luego que sí" le digo. "Me encanta ver cómo te follan."
-- Sé que te gusta. ¿Quizá me podrías follar tú cuando se vaya él?
-- ¿Me puedo pajear mientras te folla?
-- No, voy a atarte. Solo podrás escuchar… También podrás oler mi olor corporal. Ja. Quizás hasta probar el sabor de mi cuerpo.
Estoy muy excitado. Tengo la polla dura, me la coge con las manos al echarse hacia adelante, me enseña su ojete, se mete mi polla en la boca hasta el fondo con un movimiento estudiado, moviendo los labios suavemente al ponerse a chuparme el capullo, y ahí se termina todo. Luego se pone de pie, me ata las muñecas sobre la cabeza y me ata las piernas separándomelas, y yo sigo con la polla dura sin tocármela. Espero, con la polla poniéndoseme cada vez más dura.
"Ah, a un esclavo no le pone ver como follan a su master, ¿no?" Reconocí una voz profunda, era un amigo nuestro con el que los dos follamos. Está bueno. Un chico como los de los posters de Recon, si hubiese uno. Una piel negra alucinante, con tatuajes, músculos y una polla gorda. Ah, sé cómo te hace sentir esa polla – y he visto la expresión en la cara de mi novio cuando la tiene dentro, inhalando profundamente cuando se la saca. Y folla bien. Podría pasarme el día mirándole. Me encanta lo versátil que es – lo bien que sabe darte placer, o cómo se deja llevar también. Besar sus labios es como llegar al séptimo cielo. Sus manos son fuertes y me encantaría que hubiese venido para azotarme y para follarme y hacerme lo que quisiese. Pero no – mi novio es el que va a experimentar todo ese placer. Bueno, no todo, la verdad. Sé cómo se va a sentir. Todo el placer que ansío para mí, se lo daría a él, sobre todo en una sesión como esta.
La tengo tan dura que casi me duele. Me retuerzo, apretándome la próstata, sintiendo el líquido preseminal escurriéndome por la polla. Me encantaría estar viéndolo todo ahora, estoy oyendo a mi novio que se la está empezando a chupar. Le echa ganas. Cuando encuentra una polla así, se lanza a saco, metiéndosela hasta la garganta. Por eso me gusta verle chupársela a otros tíos – para ver su cara de placer al explorar algo nuevo. Los sonidos que hace. La forma en que su cara sabe a rabo después de que se la haya chupado a alguien, me vuelve loco. Me muero de ganas de tocarme la polla, pero lo único que puedo hacer es jugar con mi respiración e imaginarme a mi novio mientras esos dos fuertes manos negras le empujan el rabo dentro de su boca hasta el fondo agarrándole la cabeza recién afeitada. Le oigo farfullar y me acuerdo del aspecto de su ojal cuando se cierra con fuerza al darle las arcadas. El ruido sordo de los golpes de un rabo mojado sobre su cara me está poniendo a tope.
La cara mojada y reluciente de mi novio aparece sobre el borde la cama. "Abre la boca, esclavo" dice. Poco a poco escupe saliva sobre mi lengua. "Saboréalo, cerdo. Es lo más parecido a un rabo que vas a ver esta noche." Me escupe en la cara y me da un golpe fuerte en la polla. Me doblo de dolor, pero casi eyaculo también del golpe, y me cuesta volver a tomar control de mi cuerpo. Se ríe de mí y me vuelve a escupir.
Le miro a la cara. La veo modificarse ya que la saliva está escurriéndome por encima de los ojos. Está inmóvil. Está aguantando la respiración, con los labios entreabiertos. La boca de nuestro amigo le está abriendo el culo. Puedo oír los sonidos húmedos de su lengua trabajándole el ojete, que me conozco mejor que el mío. Es como si estuviese viendo cómo reacciona su cara cuando se lo como yo. Es algo muy íntimo. Mientras la lengua le penetra cada vez más, saboreando ese placer lentamente, su cara se derrite y veo todo el placer que le he dado y le veo cómo se enciende. Estos son los orgasmos más suaves. Inmediatamente quiere más y se abre cada vez más, hasta que no se puede aguantar más y le dice "Fóllame." Hasta cuando hace de pasivo, habla como un activo.
Miro hacia arriba, veo los poderosos brazos de nuestro amigo lanzando a mi novio a la cama. Leo en su cara que la polla de nuestro amigo está apretándole contra su culo, dilatando su deseo hasta que se la meta entera. Al principio sube las cejas y abre la boca. Aguanta la respiración mientras se la mete, abriendo la boca en silencio. Conozco ese rabo bien, y puedo leer cada uno de los movimientos ejecutados. Una vez que le da de sí el culo para que le quepa todo el rabo, empuja más, como se si la estuviesen chupando. Me imagino cómo siente que el ojete le apriete el rabo a nuestro amigo. Les oigo jadear, con los sonidos húmedos de cuando follas. Sincronizo mi propia respiración con los gruñidos de mi novio, que está disfrutando con el rabo gordo del otro.
No puedo ver todo el rato lo que pasa. Le está follando a mi novio por toda la cama, por lo que la mayor parte del tiempo lo único que oigo son los golpes de carne contra carne y los chirridos de la cama. Los gritos son largos, como gemidos animales. Me encantan los sonidos que hace cuando le han follado demasiado, cuando su cuerpo siente que le ha poseído una polla fantástica. Está jadeando con cada embestida; se ha corrido demasiadas veces como para llegar otra vez al orgasmo, y está sollozando en un éxtasis, solo con su placer mientras utilizan su cuerpo. Está sintiendo todas las emociones que tengo yo cuando me folla a saco. Sé exactamente lo bien que se siente ahora él, en ese momento en el que parece que no existe nada más, y yo estoy a punto de correrme de felicidad por él.
Se les acelera la respiración, los gritos se hacen más fuertes. Los orgasmos que hay que currarse son los mejores, y creo que nuestro amigo está tumbado junto a mi novio, aún con la polla en su culo, con los cuerpos sudorosos pegados el uno al otro. Puedo oler el semen que está saliéndose del ojete mientras nuestro amigo se levanta. "Hasta luego, guapos," dijo. "Tengo que ir a correr. Nos vemos pronto." Y entonces, volviéndose hacia mí por primera vez esa noche, "que lo pases bien, esclavo," y me guiña. Ya se ha puesto el chándal, y se pira para ir a hacer un poco de footing hasta su casa.
"Abre la boca, esclavo." La cara de mi novio aparece por el borde la cama otra vez. Tiene un aspecto feliz, sudoroso, exhausto. Se sienta sobre mi cara y me dice que le limpie el culo con la lengua, mientras siento lo dilatado y caliente que está y va traspasando el semen que le quedaba dentro de mi garganta. Se echa lubricante en una mano y me empieza a pajear lentamente mientras le como el culo, tiene la mano tan resbaladiza que no me puedo aguantar más y me corro, me cae por todo el pecho, él se lo mete en el culo a través de su ojete, que está muy bien follado. No quepo en mí de felicidad, ni él tampoco.
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