UNCLE OF AGONY: Cómo trabajarle a un tío las pelotas bien

UNCLE OF AGONY: Cómo trabajarle a un tío las pelotas bien

de Noticias Recon

20 agosto 2018

Master Dominic, educador sexual profesional y con un estilo de vida dominante, nos ayuda a responder las preguntas de nuestros usuarios, explorando el mundo de las relaciones fetichistas y BDSM.

"Mi Amo a veces me da en las pelotas suavemente, y me pone muy cachondo. Dice que le gustaría darme más fuerte, pero me da miedo el dolor y no me quiere hacer daño. ¿Nos podrías dar algunos consejos sobre cómo trabajarle las pelotas a alguien a nivel principiante? Imagino que se les has trabajado a más de uno en el pasado. ¡Gracias!

Master Dominic escribe:



¡Por supuesto! Trabajarle a alguien las pelotas de forma cómoda, y segura no es tan difícil como piensas, pero es algo que requiere un poco de conocimiento anatómico y de estrategia. Si empie-zas dando mucha caña probablemente le van a doler mucho y muy rápidamente y desencadenarás una reacción de dolores de estómago y náuseas. Eso no mola. Por eso, aquí tienes un plan de ata-que dividido en tres secciones…

1. Lo primero y más importante, como siempre, elegid una contraseña. Cuando experimentas con algo nuevo y un poco intenso, es muy importante. Asegúrate de que el sumiso esté hidratado, descansado y que no tenga el estómago vacío. ¡Ahora, al lío! El Amo tiene que hacer que el sumiso esté de pie con los pies separados a la altura de los hombros y debe recordar hasta dónde llegan las pelotas del sumiso cuando están relajadas. Las pelotas se contraen cuanto más excitado estés o cuanto más cerca del orgasmo estés, por lo que hay que hacer esto al principio de la sesión cuando están colgando libremente y les dé el aire. Recordar esto es importante porque ese será el máximo que las va a poder estirar – si las pelotas del sumiso cuelgan a esa distancia de forma na-tural, no será muy incómodo o sorprendente estirarlas hasta esa distancia después de que se ha-yan encogido durante la sesión. El sumiso no tiene por qué estar de pie durante toda la sesión, solo al principio.

2. El Amo ahora tiene una buena idea de la distancia de estiramiento natural. Ahora viene la investigación divertida; cuánto dolor pueden aguantar las pelotas del sumiso antes de que se enco-ja de dolor o diga ''au". Para llevar a cabo esta parte, lo único que tiene que hacer el Amo es dejar caer las pelotas en cuestión en la palma de su mano, mover los dedos un poco para masajearlas, y apretarlas a veces (despacio) hasta que aparezca el ''au". Cuando el Amo tenga claro más o menos cuándo va a llegar el ''au", puede jugar llevando al sumiso justo antes de ese momento, pero pa-rando antes de que diga ''au". Pasa de masajear a apretarle las pelotas durante uno o dos minutos para que los testículos se acostumbren a esta dinámica.

La razón por la que sugiero apretarlos es porque es la sensación más natural que experimentan los testículos – se expanden cuando el hombre está excitado, por lo que están acostumbrados a ha-cerse más grandes y más pequeños. Si el Amo empieza con un golpe fuerte o a darles patadas inmediatamente, eso no va a provocar una sensación tan familiar, por lo que puede ser demasiado para comenzar. Esta forma de comenzar es la misma que si empezases en el fisting o los azotes; precalienta la zona, toquetéala de una forma que sea familiar, y después se puede empezar a pen-sar en otras cosas más fuertes. Si la sensación es una sorpresa demasiado abstracta o ajena para esa parte del cuerpo, probablemente le llevará al sumiso al límite rápidamente.

3. ¿Le gusta cuando se las aprietas? Fantástico. Ahora es el momento de darle un golpe rápido y fuerte. Es la última prueba que harás – ya sabes cuánto puede estirárselas al sumiso, ya sabes lo fuerte que puedes apretárselas, ahora es el momento de saber lo fuerte que puedes golpeárselas. Un golpecito fuerte no es lo mismo que una patada/bofetada, evidentemente, pero es una buena indicación del impacto que puede aguantar el otro. Se le debe decir al sumiso que respire profun-damente para darle el golpe cuando esté inhalando. Probablemente el sumiso se apartará y gritará al recibir el golpe – y así es como empieza el juego.

Agárrale las pelotas con firmeza, golpéale una y no le dejes apartarse; el sumiso es el que va a esti-rar de esta forma sus propias pelotas, al apartarse se le puede regañar por intentar escapar de su Amo. Vuelve a masajeárselas/apretárselas un minuto o así, golpéaselas otra vez, regáñale otra vez por resistirse. ¿Ves hacia dónde voy con todo esto? Sip, va a ser una buena sesión. Cuando se hace como si fuese un juego no piensas en que te están dando una buena en las pelotas, es más bien como una experiencia interactiva.

Este es el momento en el que vamos a poder reemplazar los golpecitos con sensaciones más fuer-tes. Haz como si fueses a darle un golpecito, pero dale un golpe de verdad en las pelotas en plan bofetada con la parte inferior de la palma. Que no sea muy fuerte ni en plan puñetazo, solo una bofetada decidida. Después de unos golpecitos intercalados con algunas bofetadas, el sumiso se retorcerá menos, eso quiere decir que estará entrando en el espacio mental adecuado. ¡Eso es ya un éxito! Ahora viene lo bueno, independientemente de lo que queráis hacer los dos. Yo personalmente desaconsejo las patadas, es demasiado fácil perder control de la fuerza en la pierna y hacerle daño de verdad, así que céntrate en las manos y quizá en algún juguete si quieres sensaciones más fuertes. Mis favoritos son una zapatilla o una pala de cuero – algo con una super-ficie lisa que se pueda controlar fácilmente. Sigue combinando las tres sensaciones; estira, aprieta y golpea, pon especial atención en la forma en la que respira. Si lo estáis pasando bien los dos pero le cuesta estar de pie, no hay ningún problema, dile que se tumbe.

Como con cualquier práctica relacionada con el dolor, es una buena idea parar antes de que sea demasiado o hasta tal punto que el sumiso no pueda aguantar más y haya que terminar la sesión, por eso, cuando veas que sus cojones ya se han llevado una buena, para. Ten ibuprofeno contigo para calmar el dolor o la hinchazón y dale al sumiso una buena semana antes de volver a empezar. Antes de darte cuenta vas a poder usar su escroto como las velas de un barco sin que le duela o tenga que descansar antes de la sesión siguiente. ¡Pasadlo bien!


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