RELEER: Sumisión sensorial
de
Noticias Recon
15 junio 2019
Por OhBilly, miembro del Equipo Recon
La noche que descubrí que podía llegar al espacio mental de sumiso, le había dicho al tío que iba a ser el Amo, ''Estoy orgulloso de ser pasivo, pero no soy sumiso''. Solo unas cuantas horas después tuve que comerme las palabras que había dicho. Bueno la verdad es que nunca antes había probado a serlo*, ni había considerado las diferentes formas en las que te puedes someter.
En mi perfil he puesto que soy 90% pasivo, pero, ¿cómo se aplica ese 90%? Con frecuencia recibo mensajes de tíos que esperan que sea sumiso, pero nunca me he considerado sumiso. En mi opinión, ese número quiere decir que soy un gran pasivo (en sentido figurado y literal), pero para otros se refiere a la gama de Amo/sumiso. Hay algunos que piensan que las dos cosas van de la mano, pero como la mayoría sabemos, no siempre es así.
Probablemente solo he usado el término ''power bottom o pasivo tragón'' al referirme a mí mismo en broma, pero la primera vez que probé a hacer de sumiso me di cuenta de que quizá ese había sido mi modus operandi siempre. Pero volvamos al pasado primero…
El día de la fiesta Recon UnSensored, un chico con el que había estado chateando el año pasado se volvió a poner en contacto conmigo. Por suerte, él vivía en Vauxhall, cerca de donde fue la fiesta. Después de intentar quedar varias veces, parecía que iba a ser una especie de ahora o nunca, así que le dije que intentaría ir a su casa después de que terminase la fiesta. Iría solo a tomar algo y a conocernos en persona, ya que tenía un tren para ir al norte la mañana siguiente. Le pareció bien, y le dije que le diría algo más tarde.
Llegó la fiesta. La fiesta fue genial. Estuve trabajando. Me tomé un par de copas. Me lo pasé bien. Le escribí para ver si aún estaba despierto. Lo estaba. Fui a su casa.
[Nota aclaratoria: No me había quitado mi jock ni mi look de ciclista calado de espuma, por lo que mis intenciones de ir a tomar algo e irme eran…cuestionables por decir algo].
Llegué a su casa, y después de un año de estar hablando, fue una sorpresa agradable ver que estaba más bueno en persona que en las fotos (otro golpe a mis planes de estar allí solo un rato). Nos sentamos, bebimos vino y empezamos a hablar, EN SERIO solo a hablar. Hablamos un montón. Durante horas. Me hizo un montón de preguntas y yo era como un libro abierto. Hablamos de la vida, de nuestras experiencias, de nuestros puntos de vista y nuestras intenciones – también de la forma en la que entendíamos el fetichismo. Esto no era un preámbulo antes de mortárnoslo. Me parecía bien que solo hubiésemos quedado para hablar en plan amigos. Se estaba haciendo tarde/temprano y los dos estábamos bastante cansados de todas formas. Y entonces mencioné que nunca había probado realmente el BDSM.
''Ponte de pie. Desnúdate'' me dijo, mientras abría un cajón y sacaba un venda para los ojos. ''Ponte esto''. Hice lo que me mandó. Iba a hablar y me hizo callar; en ese momento supe cuál era mi lugar. Y ahí terminó la conversación en las horas siguientes.
Estaba de pie con mi jock en el medio de su salón. Con los ojos vendados y sintiéndome cómodo de una forma extraña. No siempre me siento cómodo con mi cuerpo pero al habernos conocido durante la larga conversación previa, me sentí muy cómodo. El hecho de tener los ojos vendados también me hizo sentir más cómodo. Estaba de pie allí de forma expectante si saber bien lo que estaba pasando. Esperé. Y seguí de pie. Empecé a tener un sentimiento de expectación cada vez más fuerte. En ese momento me dijo que me pusiese derecho y empezó a tocarme.
Empezó a acariciar todo mi cuerpo con sus dedos, deteniéndose de forma irregular y moviéndose siempre hacia una parte diferente de mi cuerpo para que no pudiese saber cuál iba a ser la siguiente. La sensación fue agradable, aunque me dio un poco de cosquillas. Me puse a sonreír de forma nerviosa al intentar concentrarme en el momento. Cuando continuó haciéndolo, mi nerviosismo se calmó y empecé a estar mucho más consciente de esa sensación que me daba. Las pausas me empezaron a parecer muy largas y cuando me volvía a tocar otra vez era como si me diesen una descarga de energía. Mi cuerpo se estremecía y notaba un hormigueo cuando usaba sus manos y otros objetos para acariciar mi piel.
Cuando empezó a trabajarme los pezones tuve un momento de preocupación, ya que siempre habían sido bastante poco sensibles, me dio cosa que mi respuesta le decepcionase. Pero este tío sabía lo que estaba haciendo. Les dio toda su atención, trabajándolos con firmeza y durante tanto tiempo que acabé flipando con las sensaciones que tuve.
Según continuaban los juegos, fui tomando nota con más atención de mis respuestas físicas y mentales. Al estar de pie, me costó un montón no tocarle yo a él también. Apreté los puños para mantenerlos en su sitio y me mordí el labio para no besarle cuando se acercaba. Fue más o menos en ese momento cuando me di cuenta: yo estaba acostumbrado a tomar el control; estaba acostumbrado a tomar las riendas de la situación. No siempre, pero a mundo era yo el que decidía qué hacer. Al ponerme de rodillas, al decidir dónde y cuándo, de formas diferentes, yo era el que tomaba el control casi siempre – un pasivo tragón, o power bottom, si prefieres ese nombre. Por eso, el hecho de tener cero control de la situación me puso a cien y de alguna forma fue muy liberador. Lo que fuese a pasar, iba a pasar de todas formas, lo único que tenía que hacer era dejar que sucediese lo que tuviese que suceder – fue intenso, en el mejor sentido de la palabra.
La sesión duró bastante, y me acabó llevando a su cama al final, todo el tiempo con los ojos vendados. Yo estaba receptivo y fue un placer recibir todo lo que me dio (inclusive cuando me comió el culo como ningún otro maestro de este arte lo había hecho antes). Evidentemente, perdí el tren que iba a coger por la mañana…
En mi cabeza, ser sumiso era algo muy diferente de lo que experimenté esa noche. Mi suposición es que siempre se trataba de humillar y degradar al sumiso, y eso no era algo que me llamase la atención mucho. Lo que aprendí es que parece que se trata mucho más del control, el poder y la confianza entre esas personas. No tiene que haber agresiones, por el contrario, puede ser algo agradable e intenso. Gracias a esta sesión, me di cuenta de algunas cosas de mí mismo en las que nunca había pensado, y nos lo montamos de una forma que no lo había hecho antes. Sé que para algunos esta experiencia será muy básica, pero para mí fue un gran paso en mi viaje por el mundo del fetichismo/morbo. Aún sigo sin saber si me identifico como sumiso, pero está bien saber que tengo tendencias de sumiso dentro de mí, y que puedo salir de mi zona de confort y disfrutar de otras formas de jugar.
*Bueno, en realidad, como ya documentamos en uno de los Problemas Fetichistas (son anónimos, pero si te fijas en el estilo de escritura, puedes averiguar quién es quién), había probado a ser sumiso a través del teléfono.
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