RACE BANNON: No persigas el hecho de ser excepcional
de
Noticias Recon
11 abril 2019
Race Bannon alias PigMaster4PigSlave ha sido organizador, escritor, educador, portavoz y activista en el mundo LGBT, cuero/fetichista, en el poliamor y en la prevención y el tratamiento del VIH/ETS desde 1973. En este artículo nos cuenta por qué no hace falta que seamos excepcionales en nuestra vida fetichista.
Una de las cosas buenas de encontrar tanto material morboso en internet, o impreso y en clases de sexualidad es que hay un montón de información. Algunos de estos documentos son de muy mala calidad, pero una gran parte tiene un buen nivel y ofrece información accesible sobre las prácticas fetichistas a todo el mundo.
Independientemente de si vas a atar a alguien, o a darle latigazos, o si vas a someterte a un Amo o trabajarte bien un culo, en alguna parte hay alguna página web que te indicará cómo hacerlo y te dará información sobre el estado mental o la práctica en sí misma. La era de la educación fetichista a medida ya está aquí.
Además de todas estas fuentes, en muchas partes del mundo hay un sinfín de conferencias, clubs, talleres, picoteos y quedadas en los que se puede aprender e intercambiar trucos e ideas para aumentar tu conocimiento y tus habilidades.
Básicamente, a día de hoy no faltan las ofertas de educación morbosa. Y eso está bien, al menos, a priori.
Siempre que haya tantos puntos positivos sobre algo, también va a haber algunos negativos. La proliferación de la educación morbosa no es una excepción. Aunque te pueda empoderar para explorar con más confianza en ti mismo determinadas áreas de la sexualidad que quizá no habrías explorado, también te puedes saturar con tanta información que simplemente acaba por paralizarte.
Junto a todos estos morbosos educados en estas artes se encuentra un subconjunto de individuos que consideramos -correcta o incorrectamente, como excepcionales. Los que practican el arte del bondage con cuerda Shibari avanzado. Los hay que saben manejar el látigo de una punta. Los Amos conocidos que cuentan con un ejército de esclavos dedicados en su establo, todos bien ''entrenados'' de la forma "correcta". Sumisos que parecen tener muy pocos límites. La lista de todos estos individuos excepcionales y vividores del ambiente es larga.
La mayoría de ellos tiene los mismos miedos a no ser buenos o competentes que los más novatos. Estoy seguro de que es así. Pero eso no cambia el hecho de que en la superficie parezca que nuestro ambiente esté compartimentalizado en un grupo de individuos con habilidades excepcionales y con experiencia y otro grupo a un nivel inferior de fetichismo.
Esto no es útil para nada. Lo único que hace es elevar egos ya inflados mientras que se encasilla a otros que se convierten en víctimas de malvadas comparaciones. Como dijo un antiguo presidente de EE.UU., Theodore Roosevelt, "La comparación es el robo de la alegría". Esa frase es cierta en todos los aspectos de la vida, y desde luego que lo es para aquellos que están en el mundo del fetichismo, del BDSM ya sea de forma puntual o como parte fundamental de sus personalidades.
Compararse constantemente con los demás es competir. Si hay algo que he aprendido de todos mis años de experiencia en el mundo del cuero es que la vida es así, y sin embargo el fetichismo, el BDSM no son deportes de competición. Nadie da premios al que se lo monte mejor o tenga un estilo de vida más fetichista, o al menos, no debería ser así.
Las apariencias engañan. Me acuerdo de haber estado de pie al lado de una pared con un amigo mientras observábamos una sesión en una gran mazmorra solo para hombres. En el centro de la habitación estaba un amo con su esclavo. Estaban usando diversos instrumentos de BDSM que estaban guardados en una bolsa de juguetes del tamaño de dos maletas mientras el amo estaba ejecutando una sesión de SM y bondage muy complicada y técnica. Técnicamente era impresionante.
En la zona de la derecha de esa escena había dos hombres participando en una simple escena de trabajo de botas. El pasivo estaba boca abajo lamiéndole las botas al activo. El activo y el pasivo estaban intensa e íntimamente conectados. El pasivo subió por la pierna del activo lentamente hasta que se encontraron y se dieron un largo beso con las manos del activo agarrando el cuello del pasivo como signo de dominación sensual palpable.
Mi amigo señaló la escena más simple y dijo "esos son los tíos con los que quiero jugar yo. De eso es de lo que trata fetichismo."
Yo defiendo que de eso es lo importante en el fetichismo para la gran mayoría. Conexión. Unión. Sensualidad. Placer mutuo. Un sentido de inmersión completo en el cumplimiento de la fantasía del otro. Las técnicas avanzadas, los looks muy caros o un armario entero de prendas fetichistas está bien, pero para mí y para muchos otros, eso no es el centro de las mejores experiencias eróticas.
Desafortunadamente, el amo que estaba atando al esclavo, según el número de espectadores, era el considerado como uno de esos individuos excepcionales, mientras que al otro le consideraron un novato. Esta estratificación es injusta, y ocurre demasiado a menudo en nuestro ambiente.
No siempre ha sido así. Soy lo suficientemente viejo como para recordar cuando los hombres a los que les gusta el cuero y los fetichistas hablaban y se lo montaban más en plan entre iguales. Por supuesto, algunos hombres tenían más habilidades técnicas o experiencia que otros, pero todos estaban en el mismo nivel mental.
A los hombres que iban por el ambiente de forma arrogante, que pensaban que eran más que excepcionales, normalmente se les evitaba. Un poco de modestia era sexy. Los tíos más admirados eran aquellos que acogían de buenas maneras a los novatos y a los viajeros eróticos rebeldes sin necesidad de recibir ninguna medalla por ser excepcionales.
Probablemente hay muchas razones por las que las cosas han cambiado. Sobre todo, le echo la culpa a la forma en la que la gente conecta por internet, a las redes sociales y a otras plataformas-megáfono del cuero y del fetichismo por propagar la idea de que debemos ser fetichistas excepcionales, no del montón. Se nos dice claramente o se nos hace creer de forma sutil que se debería saber todo sobre absolutamente todo en nuestro fetichismo.
Deberíamos tener una técnica BDSM perfecta y deberíamos dominar las habilidades para hacer varias cosas.
Más te vale tener el look correcto y saber cómo llevarlo o usarlo.
Se debería saber leer la mente de los demás y nunca se debería jugar sin consentimiento, y si lo haces te marginarán para siempre.
Debes conocer toda la historia de nuestro ambiente y la debes saber recitar cuando te lo pidan, aunque no la entiendas completamente.
O aún peor, en algunos lugares te dicen que tienes que jurar lealtad a los valores y respetar el funcionamiento de una mitológica Vieja Guardia, que te ayudará a cimentar los cimientos de tu vida fetichista en arenas movedizas.
Tu educación fetichista debe ser continuada y sólida. Es el equivalente fetichista a estar siempre en el colegio, sin graduarte nunca en realidad.
Las áreas en las que los fetichistas reciben más mensajes para ser excepcionales son variadas e imposibles de realizar para ningún ser humano. Sobre todo, si por casualidad eres un fetichista normal y corriente, que no vive única y exclusivamente de y en los temas más candentes del fetichismo las 24 horas del día.
Puede que uno de los efectos de intentar entrar en la sección más organizada del fetichismo sea en realidad la necesidad de retirarse progresivamente al pensar "Maldita sea, no soy capaz de conseguir todo eso, ¿igual este rollo no es para mí"?
Por favor, no caigas en esta trampa. No te olvides nunca de que lo que al final lo que importa es lo bien que tú y tus compañeros de juegos os lo paséis tratándoos con respeto. Ese es el verdadero mantra BDSM/fetichista, en pocas palabras. Pásatelo bien. Sé una persona decente. Deja la obsesión con ser excepcional para otros.
Race Bannon ha sido organizador, escritor, educador, portavoz y activista en el mundo LGBT, cuero/fetichista, poliamor y en la prevención y el tratamiento del VIH/ETS desde 1973. En este artículo nos cuenta por qué no hace falta que seamos excepcionales en nuestra vida fetichista.
Ha escrito dos libros, ha sido publicado en varias ocasiones, se dirigido a cientos de foros, ha creado el servicio médico de psicoterapia orientado hacia el fetichismo más grande del mundo, fue el líder del The DSM Project que fue responsable del cambio a mejor de la forma en la que la psicoterapia americana ve el BDSM, ha fundado una compañía editorial sobre sexualidad alternativa revolucionaria, ha organizado talk shows sobre sexo en la radio por internet, ha recibido premios nacionales y regionales y ha aparecido en varios documentales. En la actualidad también escribe en el Bay Area Reporter y en su blog
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