RACE BANNON: Navegando por los espacios sexuales

RACE BANNON: Navegando por los espacios sexuales

de Noticias Recon

21 agosto 2020

Race Bannon alias PigMaster4PigSlave en Recon ha sido organizador, escritor, educador y portavoz y activista en el ámbito LBGT, del cuero, en el mundo del poliamor y de la protección y el tratamiento contra el VIH/ETD desde 1973. Este es el primer artículo de una nueva serie de artículos en la que nos habla de cómo navegar por los espacios sexuales.

Es el año 1978. Soy un hombre al que le gusta el cuero de 24 años que vive en New York. Tengo metido el brazo hasta casi el codo dentro de un hombre guapo que está en el sling. Estamos en el famoso Mineshaft, un club de sexo masculino muy conocido en su época. Es un sitio lleno de vicio, muy sexual y que siempre estaba lleno de hombres potentes disfrutando y haciendo realidad sus fantasías más profundas y oscuras.

Ya no hay tantos clubes de sexo como el Mineshaft en Norteamérica, aunque quiero mencionar a nuestros compañeros europeos porque han mantenido este aspecto de la cultura y la vida gay al otro lado del Atlántico. Quizás los norteamericanos puedan resucitar algo de esa era. Ha habido últimamente algunos intentos y aplaudo los esfuerzos de los organizadores de estos eventos y a los propietarios de esos locales. Nos proporcionan un lugar de escape donde hacer realidad nuestras fantasías sexuales.

Si volvemos al momento actual con todas las mazmorras de sexo, clubs, cuartos oscuros y fiestas. En medio de un movimiento cada vez más retrógrado de gentrificación de nuestras ciudades y constreñidos por las presiones puritanas cada vez más fuertes e invasivas, hay gente en Norteamérica que está intentando mantener o hacer revivir los lugares en los que los hombres puedan follar y montárselo como quieran. desafortunadamente los europeos no son inmunes a esta ola de gentrificación o de actitudes conservadoras. Hasta en su cultura, que es más permisiva, a veces estas actividades se ven coaccionadas.

La represión de los espacios en los que practicamos sexo es algo que va en contra de lo que debemos resistirnos. Nuestro derecho a reunirnos, follar y montárnoslo como nos dé la gana es un derecho fundamental.

A día de hoy aun podemos ir a varias saunas, a los clubes de sexo, a los cuartos oscuros y a las fiestas en general. Todos tenemos que adaptar nuestros comportamientos relacionados con el cruising y nuestras las interacciones conforme a la realidad de la ciudad, el local o datos demográficos que nos correspondan o en los que vivamos. Ninguna situación es igual a otra. Por lo tanto, no hay líneas generales para navegar por esos espacios que sean idénticas para dos casos diferentes. Y en una era de vigilancia exhaustiva en relación a si se ha dado consentimiento o no, intentar aconsejar sobre cómo comportarse en esos espacios puede ser difícil.

Antes de continuar hablando de este tema, tengo que decir lo siguiente, y sé que algunos no van a estar de acuerdo. El funcionamiento sexual de los hombres gay es muy específico, de forma individual o en grupos. Creo que este se confirma aún con más fuerza entre los hombres gay fetichistas. Concebimos las relaciones sexuales continuadas o esporádicas como algo más integrado en nuestra experiencia íntima colectiva que en otras orientaciones sexuales o subculturas eróticas. Vemos el sexo de forma diferente. Nos lo montamos de forma diferente. Mantenemos relaciones eróticas de forma diferente. Esta realidad nos da una perspectiva única cuando se trata de decidir cómo navegar por esos espacios sexuales.

Bien, una vez que he dejado eso bien claro, ¿cómo navegan los hombres por todos esos tipos de espacios sexuales? En gran parte depende del espacio en sí, pero hay algunas reglas que son universales. Cada situación ofrece su propia serie de preceptos acordados, pero no debatidos verbalmente, por la general.

Si te lo estás montando en privado o en público con uno o varios hombres, recomiendo dedicar un par de minutos a para intercambiar información y negociar qué vais a hacer. Sí, lo sé. A veces parar la acción para ponerte a negociar puede echar a perder el momento. Lo entiendo. Pero hay formas de hacerlo sin arruinar la sesión.

El secreto está en combinar el subidón del momento y la información que se necesita en un preciso instante de ''conversación guarra''. Puedes hacerlo de forma sexy. En vez de hacerlo en plan "vamos a parar y a debatir lo que nos gusta, lo que no nos gusta, nuestros límites y contraseñas'' puedes decir algo como "joder, estáis todos super buenos. Soy VIH positivo e indetectable, solo follo a pelo, me mola el rollo BDSM y el morbo y creo que todos podemos hablar con todos si alguien quiere hacer alguna sugerencia, si estamos llegando a nuestros límites y queremos cambiar de rollo, simplemente lo decimos y ya. ¿Os parece bien, tíos? ¿Sí? ¡Guay! ¡A follar!"

En mi opinión, no hace falta nada más para grupos más o menos íntimos. No creo que hagan falta listas largas para comprobar lo que se puede y no se puede hacer, no hace falta tener un proceso de negociación largo. Si ves desde el principio que todo el mundo está del mismo rollo y que hay una forma de comunicarse según os pongáis a jugar, todo va bien. En toda la formalidad en sí se puede tardar solo 10-15 segundos.

Está claro que, si lo que te gustan son las negociaciones largas, perfecto. Solo piensa que para muchos chicos extender los preámbulos puede acabar con el rollo sexy de la situación. Haz lo que te vaya bien a ti. Pero hazlo con los ojos bien abiertos por lo que pueda pasar después.

Eso sirve para los rollos entre dos, tres tíos o grupos pequeños, que en realidad son la mayor parte de las sesiones que se dan en el ambiente.

¿Qué pasa cuando estás en un espacio público donde hay muchos hombres practicando sexo? Te adaptas al contexto. Sí, el contexto es importante.

En muchos espacios sexuales públicos, usar palabras y hablar es menos probable que sea una opción para comunicar lo que te gusta y lo que no te gusta. Se avanza con mayor cautela.

Digamos que estás en el cuarto oscuro de un bar. Está oscuro. Una mano se acerca y te toca. No es lo que quieres ahora. Con educación coges la mano, con amabilidad y la retiras de tu cuerpo. Si puedes dar más pistas no verbales de que no quieres seguir adelante, hazlo. Si las palabras acaban siendo necesarias, acércate al tío y dile en voz baja y sin enfadarte que estás a otra cosa en ese momento. No hace falta ser un gilipollas. No hace falta que te enfades. Solo se trata de comunicación amable y educada.

Si estás dejando claro por segunda vez que no quieres, entonces está justificado que cojas la mano con fuerza y de forma firme. Sin embargo, puedes seguir siendo amable y sin enfadarte. La ira hace que demos una respuesta enfadada y no es eso lo que estabas buscando probablemente en este encuentro erótico.

Las mazmorras tienen su propia serie de dificultades específicas. En una mazmorra se espera que haya más rollo fuerte y BDSM. Esas situaciones normalmente requieren una conversación sobre cuál será el punto de partida.

Todo lo que he mencionado anteriormente se puede aplicar a las mazmorras, pero normalmente se espera que los participantes hablen claramente de lo que les gusta y no les gusta, de sus límites y de las fantasías que tengan. No hace falta elaborar una lista larga de los temas a negociar. Simplemente vale con cubrir lo básico y decidir que iréis comprobando que todo va bien según avanza la sesión. Esto es sobre todo cierto si estás con alguien con el que no te lo han montado nunca y nadie te ha facilitado nada de información sobre ese tío.

¿Parece que todo es demasiado simple? ¡Perfecto! Comportarse en espacios sexuales correctamente debería ser fácil, no algo complejo. Se supone que debe ser divertido, no una carga. Se supone que es una experiencia erótica primaria, no una conversación intelectual. No te compliques las cosas. Siempre puedes decir ''no'' en todas las situaciones, pero no dificultes la sesión con tantas negociaciones que acabes cortando el rollo.

Diviértete. Sé educado. Intenta no violar los límites de nadie. Di claramente (física o verbalmente) lo que quieres. Atento a lo que te digan los demás. No es tan difícil.

Una última petición.

El ambiente gay fetichista sale ganando cuantas más oportunidades de practicar sexo haya. Los bailes, los concursos, las conferencias, los festivales en la calle, los mercadillos y las clases son eventos maravillosos, pero creo que siempre necesitamos más lugares en los que poder follar y montárnoslo. Nuestra sexualidad compartida es lo que nos une, y cuando nos lo montamos juntos, ya sea solo con otro tío, o con montones de hombres en una noche, todo eso sigue cimentando la conexión palpable entre nosotros, que es lo que forma los cimientos de un grupo fuerte de comunidades de hombres fetichistas.

Por consiguiente, si podéis abrir un nuevo local de sexo, promover la práctica de relaciones sexuales en un local que exista ya, o producir una fiesta de sexo, ya sea grande o pequeña, por favor, hacedlo. Soy un gran defensor de la construcción de nuestra comunidad. No creo que nada tenga un mayor poder de construir una comunidad de hombres fetichistas que la conexión erótica directa que existe al celebrar nuestra sexualidad, nuestros morbos y fetichismos que fueron los que nos atrajeron al ambiente en primer lugar.

Race Bannon ha sido organizador, escritor, educador y portavoz y activista en el ámbito LBGT, del cuero, en el mundo del poliamor y de la protección y el tratamiento contra el VIH/ETD desde 1973. Ha escrito dos libros, que han sido ampliamente publicados, ha hablado a cientos de foros, ha creado el servicio médico y de psicoterapia más grande del mundo y que incluye el fetichismo, fue el líder del The DSM Project que dio como resultado un cambio beneficioso en la forma en la que el mundo de la psicoterapia americana consideraba el BDSM, ha fundado una editorial de libros sobre sexualidad alternativa, ha organizado programas de radio online de entrevistas sobre sexo, ha recibido premios a nivel nacional y local, y ha aparecido en numerosos documentales. En la actualidad también escribe en el Bay Area Reporter y en su blog.

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