Problemas fetichistas #11: Cómo ser sumiso al teléfono y recordar lavarse después
de
Noticias Recon
17 abril 2020
Otra historia de las aventuras y desventuras de uno de nuestros usuarios
Has sido pasivo toda tu vida y estás orgulloso de serlo, pero nunca has pensado en ser o probar ser sumiso.
Empiezas a hablar con un tío potente en Recon. Os ponéis a hablar sobre vuestras fantasías y lo que consideráis como vuestros límites.
Él tiene experiencia como sumiso y como Amo, así que tiene una idea de lo que tú puedes estar pensando sobre todas estas opciones.
La conversación sube de tono. Estás solo en casa.
El chico empieza a decirte que hagas varias cosas. Tú te sometes y obedeces.
Has acabado en tus gayumbos blancos y calcetines de deporte. Envías una foto.
Busca cinta adhesiva.
Métete uno de tus calcetines en la boca y pégatela con cinta adhesiva. Envías foto.
Busca un rotulador. Tú encuentras uno de color negro.
Escribe palabras en determinados lugares de tu cuerpo. Por ejemplo: GUARRO, ESCLAVO, ____ ES MI AMO. Envías foto.
Te sigue diciendo que hagas más cosas y a ti te está poniendo a mil. Solo te está haciendo ver lo que hace un sumiso, pero tú estás viendo qué es lo que te pone más y lo que quieres hacer.
Más órdenes. Más fotos. Cada vez estás más cachondo.
Has estado obedeciéndole a este tío toda la noche, pero en ese momento te das cuenta de la hora que es. Deberías haberte ido a dormir hace una hora ya que mañana te levantas pronto.
Te da un consejo antes de despediros. El gel desifectante de manos quita la tinta de los bolis y de los rotuladores. Sigues su consejo, te lavas rápidamente y te acuestas.
Te levantas tarde el día siguiente. Te vistes. Pillas las cosas de la natación. Te vas a la piscina para tu sesión de natación matinal.
Tienes prisa, y tienes que hacer tus 50 largos antes de ir a la oficina. Te pones tus pantalones cortos de Adidas y te vas a las taquillas.
Ves que los otros chicos te miran de forma extraña en el vestuario. Te pones un poco nervioso. Te pones a buscar y echas la moneda de 20 peniques en la taquilla. Y después miras hacia abajo.
Justo debajo del borde de tus pantalones cortos, escrito con rotulador sale la palabra _OME por la pierna izquirda y _OLLAS por la derecha.
Ahhhh vale. Te lo escribiste en los muslos también.
Te paras un momento y te pones a pensar en qué lo que puedes hacer. COME POLLAS probablemente no es un término apropiado para la piscina del centro de deportes del barrio con las familias y todo. Pasas de los 20 peniques. Te vistes. Te vas a casa a por el gel desinfectante. Y decides que mañana harás unos largos de más para compensar.
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