Problemas de fetichista #8: Diversión interrumpida en el parque
de
Noticias Recon
22 enero 2017
Los percances de un fetichista del Equipo Recon
Has conocido a un tío a través de Recon y os lo habéis estado pasando en grande con todo vuestro rubber puesto.
Has estado en su sling durante varias horas, y te ha hecho probar toda su colección de juguetes, que cada vez tenían un tamaño más grande.
Los dos estáis pensando en cambiar de posición, y a los dos os ponen los juegos al aire libre.
Os ponéis vuestras chaquetas con capucha y vuestros pantalones de chándal por encima del rubber, y salís de casa aunque sea tarde. Vuestro destino: el parque de al lado de su piso.
Los dos estáis en plan atrevido, por lo que os empezáis a toquetear y a hacer tonterías en las oscuras calles del vecindario. No parece que haya nadie, o sea que no os preocupáis.
Llegáis al parque, os aseguráis de que nadie esté mirando desde las casas de la calle y os saltáis la puerta que cierran de noche. No es lo más fácil del mundo si llevas tu rubber puesto y limitando tus movimientos, pero lo conseguís.
Camináis por el parque y os lo montáis en varios puntos iluminados por la luna.
Después de una hora de estar jugando en el parque, sientes que el sling te vuelve a llamar, así que decidís volver a su casa.
Llegáis a la puerta y tú te subes primero. Subís cada uno por los dos lados de la puerta.
Tu rollo temerario vuelve a hacerse sentir. Te bajas los pantalones de chándal por detrás, abres la cremallera de tu rubber, y te pegas a la reja de espaldas.
Estás en el medio de una zona residencial de la periferia y este rollo arriesgado te pone mogollón. Justo hasta que para un taxi a tu lado lleno de chicos borrachos.
Rápidamente te subes los pantalones como puedes y después te quedas petrificado, intentando confundirte con las sombras.
Tu corazón se pone a 100 cuando caminan a trompicones y se ponen a gritar sólo a unos metros de donde te has puesto.
Cuando se van hacia las casas arrastrando los pies te empiezas a relajar, y dejar escapar la respiración que has estado manteniendo durante un rato.
Tu amiguete se mueve al otro lado de la reja. Te giras despacio y te echas una carcajada. Subidón de adrenalina, or acercáis cada uno por un lado de la reja y os empezáis a tocar y a besar.
Os estáis volviendo a poner a tono, y al alcanzar la cremallera, pasa el primer bus de la línea 241 lentamente. Os iluminan las luces, y sabéis que todos los pasajeros del bus os pueden ver perfectamente con sus ojos aún adormilados, de camino al primer turno de trabajo.
Aunque te encanta dar el espectáculo, parece que el mundo se está despertando. Te das cuenta de que quizás lo mejor es subirte los pantalones y volver al sling que os está esperando.
Si tienes una historia fetichista que contarnos envíanosla a: social@recon.com
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