Los problemas de un fetichista #6: Con el candado puesto 2 – y lleno de lubricante de arriba a abajo
de
Noticias Recon
16 noviembre 2016
Por un anónimo usuario de Recon
Estaba planeando mi look para el Mardi Gras de Sídney un sábado por la tarde. Y encontré un par de pantalones cortos de cuero viejos para juegos de dominación / castidad, de esos que puedes cerrar con un candado alrededor de la cintura y de las piernas. Había ganado un poco de peso desde la última vez que me los había puesto, pero, me dije, 'A ver si aún me valen'.
Eran ajustados, pero al ser cuero, cupe dentro de ellos. De todas formas estaba claro que no me los iba a poder poner para la fiesta, ya que a penas podía moverme. Bueno, cerré los candados en los sitios correctos alrededor de las piernas y de la cintura, sólo para echar el rato. Ahí estaba yo, totalmente encerrado.
Después de 30 minutos decidí que ya era suficiente, y que era hora de continuar con mi jornada. Tenía las llaves. Fui a abrir los candados de la cintura y el cilindro del mecanismo del candado se hizo añicos al meter la llave. No se podía abrir. Los pantalones valían más de $600 y los candados claramente eran de importación china y valían $5. Intenté quitármelos retorciéndome, pero el cinturón estaba muy ajustado a mi cintura, y con mis caderas, no iba a poder sacármelos. Me empezó a entrar el pánico, y eché un poco de lubricante sobre la zonas en las que estaban atorados. Nada, no se movía. Después probé con el aceite para bebés y con el aceite de oliva. No había nada que moviese a estos pantalones, y como valían más de $600, no era plan de cortarlos.
Tuve que 'llamar por teléfono a una amigo'. Llamé a un amigo y le dije 'Mira, no hagas más preguntas, no te voy a contar lo que ha pasado, simplemente ayúdame. Necesito que vayas al parque de bomberos que hay cerca de mi casa y que les pidas que te dejen un par de cúters para cerrojos. Píllalos y vente a mi casa.' Por supuesto que no siguió mis instrucciones.
Llegó 15 minutos después, sin los cúters. Casi ni le dejo entrar en casa. Le llevó otros 15 minutos dejar de reírse de mi papeleta. Intentamos tirar de los pantalones juntos para sacármelos, pero no se movieron ni un centímetro. Los cerrojos no se abrían y con todo el aceite y el lubricante aquello estaba muy resbaladizo.
Me hizo ponerme un chándal sobre los pantalones y me llevó al parque de bomberos. Me quedé en la puerta mientras él hablaba con los bomberos. Les podía ver, mirándome y riéndose al hablar. Había 8 de guardia y otros 12 de otros turnos por ahí danzando. Todos vinieron a ver cómo le sacaban al gay de sus estúpidos pantalones.
Me condujeron a un asiento en la zona del aparcamiento, con más de doce bomberos a mi alrededor. Todo esto tuvo lugar en Sídney (Darlinghurst) y allí los bomberos están buenos. Es bastante extraño que algunos de ellos se pusiesen a sacar fotos. Les dije que la fantasía de todos los gays que vivían en Darlinghurst era experimentar una escena de dominación en el parque de bomberos, pero eso no se correspondía exactamente con lo que yo tenía pensado.
Uno de ellos apareció con unos cúters para cerrojos enormes, y rompió los candados. Los chicos se pusieron a celebrarlo.
Ahí estaba yo, medio desnudo en el parque de bomberos de Darlinghurst un sábado por la tarde, con mi dignidad hecha pedazos, pero con los pantalones enteros.
Desde entonces siempre compro candados 'Master' que sean decentes, y si me pongo los pantalones para jugar, lo primero que hago es comprobar los candados.
Si tienes una historia fetichista que nos quieras contar, envíanosla a : social@recon.com
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