ARTÍCULO DE USUARIO: ¿Fetichista fracasado? ¿O solo se te da mal decir lo que piensas?

ARTÍCULO DE USUARIO: ¿Fetichista fracasado? ¿O solo se te da mal decir lo que piensas?

de Noticias Recon

25 enero 2019

Por un usuario anónimo de Recon

A veces pienso que soy un fetichista fracasado. Tengo una experiencia pasable, pero me lo monto solo cuando tengo tiempo, no es un verdadero estilo de vida. De todas formas, no soy novato: sé lo que me gusta: el bondage, trabajo de pelotas, las capuchas y más cosas. También sé lo que no me gusta: el control de la respiración, las sondas y el dolor muy intenso al principio de una sesión. He tenido algunas sesiones geniales con los chicos de aquí, pero las sesiones que me preocupan son las que no funcionan, de las que me voy a los quince minutos de empezar. No queda nadie bien, y siento que soy un fetichista fracasado.

Soy versátil. Últimamente, más bien activo - me encanta tener a un hombre desnudo atado viéndome ponerme mis guantes de cuero y todo el rollo, esperando el próximo movimiento - pero creo que si vas a ser un buen activo, debes recordar lo que piensa el otro. Me encanta ese momento en el que, como sumiso, tu mente y tu cuerpo se rinden a la voluntad de un chico potente, pero en mi caso, ahí también es cuando las cosas pueden salir mal.

Está el típico tipo que me había prometido que iba a tener cuidado, pero que pensó que eso significaba comenzar intentando meterme algo que parecía una bola de cañón en mi culo cerradito, ladrándome "métetelo, tío". O también el chico que quería jugar al dentista y al paciente. Me pone un hombre potente vestido entero de cuero atándome para un examen oral, lo que no me esperaba era un examen real.

Sin embargo, fue el desastre más reciente el que me mostró lo que estaba haciendo mal. El tío era perfecto y dijo las cosas correctas. Además, estaba bueno. ¿Qué podía salir mal? Mi mente, para empezar.

Hagamos una pausa aquí, para todos los activos del mundo – pensad en un sumiso que se ponga en tus manos por primera vez. Voy a tu casa. Hablamos, posiblemente nos hemos tomado algo, pongamos que los dos estamos a gusto. Estás a punto de hacer con él lo que te venga en gana, pero cuando estoy desnudo, me agarras de las pelotas, con las muñecas esposadas, con capucha, me llevas a una habitación que solo puedo oler, con alguien que apenas conozco, me vienen a la mente un montón de las cosas que mi madre me metió en la cabeza. Piensa en eso, aunque sepas dar besos de campeonato.

Todo empezó con la capucha. Se contraía cuando respiraba y se expandía cuando exhalaba, como una bolsa de plástico. ¿Mencioné que el control de la respiración me asusta? Aún así, era muy cachondo estar completamente desnudo con un hombre vestido de cuero y seguía siendo capaz de respirar, así que traté de no dejar que eso me distrajera. En ningún momento mis manos acabaron sobre mi cabeza atadas a ningún tipo de polea. Muy cachondo. Luego sentí una picadura, como un trozo de alambre muy afilado alrededor de mi espalda y mi trasero. No sabía qué era eso y no me gustaba. Entonces el tío comenzó a hacer algo extraño con mi polla. Estaba tratando de averiguar qué demonios estaba pasando en lugar de dejar que la escena sucediera. Entonces me golpeó con un bastón. Y no había manera de que me sintiera cómodo con esa capucha puesta. Le pedí que parara, pensando que esto era otro fracaso.

El tío se portó genial. En unos segundos me desató, me quitó la capucha, nos pusimos en la cama y me hizo mimos. Hablamos. Le dije por qué la capucha no me hacía sentir cómodo. No puso problemas cuando me iba a ir, pero sugirió algo que yo tenía ganas de probar como alternativa. El pánico cedió. Dejé que la tentación venciese.

Me escuchó. Fue genial, no me hizo cosas brutales con ese bastón, pero a mi pecho y mis pelotas les gusto la atención que puso. Encontramos una capucha mejor. Pude relajarme en mi estado mental de sumiso. Al cabo de un rato, me azotó en el culo, porque me sentía listo y lo quería. Me di cuenta de lo que le estaba pasando a mi polla y eso se puso más cachondo. No me gustó esa cosa punzante, pero, en general, fue una buena sesión. La próxima será mejor, y he aprendido dónde me he equivocado: no hablo lo suficiente.

La dinámica Amo / sumiso presupone que el activo puede hacer todo lo que le guste, y el sumiso tiene que aceptarlo en silencio sin quejarse. Eso puede funcionar para algunos, pero no para mí. Necesito sentirme seguro y cómodo físicamente: si esa capucha no es cómoda, no puedo entrar en el espacio mental que el activo quiere que esté. También se supone que el activo lo sabe todo. Eso también es incorrecto. Todos tenemos diferentes umbrales de dolor y los activos solo pueden descubrirlos probando. Los sumisos tienen que ayudarles, pero los sumisos deben escuchar y, si es necesario, olvidarse de la capucha o ser un poco paciente antes de atarme para recibir esos 12 golpes.

Así que la próxima vez que me folle a un tío, le mostraré dónde vamos a jugar. Le voy a enseñar el equipo que voy a usar, le dejaré que lo pruebe, y que diga si no le gusta; si él está desnudo y yo vestido de cuero, creo que puedo ponerlo muy caliente. Le haré unos comentarios guarros en la sesión para que sienta que sabe lo que está pasando y su mente pueda relajarse, para que se excite, no se preocupe, y pueda decirme si se está volviendo loco o simplemente esta incómodo.

Y la próxima vez que haga de sumiso, no me dará cosa que me consideren como un sumiso difícil al insistir en que las cosas sean como acabo de describir, o por decir cuando algo no me gusta y por qué. Y, si el tío me escucha y algo va un poco mal, le daré una segunda oportunidad para hacerlo bien. De esa manera nos divertiremos con nuestros fetichismos y no me sentiré un fracasado fetichista

Recon responde: No creemos que este usuario sea un fracasado en absoluto, todos tenemos que jugar dentro de nuestros niveles de comodidad. Aunque es bueno ampliar tus límites, también es bueno saber cuáles son, y hablar con los tíos con los que estás jugando puede ser muy importante. Nos alegra que hayas llegado a esta conclusión y, esperemos que ya no se considere un fracasado.


Si quieres compartir tus experiencias fetichistas – anónimamente o publicando tu identidad – envíanos tus ideas a: social@recon.com

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