ARTÍCULO DE USUARIO: Al aire libre (y con el culo al aire)

ARTÍCULO DE USUARIO: Al aire libre (y con el culo al aire)

de Noticias Recon

04 noviembre 2020

Por OhBilly*, del Equipo Recon

Una noche había estado tomando un par de copas con mi compañero de piso (con ''un par'' lo que quiero decir es que me había tomado dos botellas de vino yo solo), y después de que se acostase él, sentí que la necesidad de ir a dar un paseo al parque del cementerio de nuestro barrio. Tened en cuenta que ya era la 1:15 de la madrugada.

El cementerio de Mile End de Londres es una zona de cruising muy famosa que a menudo está llena de tíos buscando sexo. Esta era la primera vez que me aventuraba a entrar en el cementerio para hacer cruising desde hacía una buena temporada, pero estaba tan borracho que me pareció que era una buena decisión. No lo fue. Como he dicho antes, ya era la 1:15 de la madrugada más o menos. Todo el mundo sabe que después de las 23:00, no queda casi nadie, excepto los árboles y las tumbas victorianas – que es exactamente lo que sucedió.

Al ir caminando y tropezándome en lo más profundo del bosque que estaba oscuro como la boca de un lobo, preparado con el jock puesto y los pantalones cortos anchos fáciles de bajar (a finales de septiembre), tuve un momento de claridad mental: esto puede que sea algo compulsivo. A pesar de las horas, a pesar de la temperatura y a pesar de mi borrachera, lo único que quería hacer es que me la metiesen entre todos esos árboles (a ser posible sobre una tumba 😬). Ups.

Bueno, como siempre preguntamos a nuestros usuarios al entrevistarles y hablar de sus morbos, ¿cómo me empezó a gustar el sexo al aire libre, y por qué me llama tanto la atención?

Rebobinemos en el tiempo y centrémonos en mí a los 16 años, en la fiesta de cumpleaños de ______ _____, un grupo de adolescentes borrachos haciendo bromas en el jardín. Había un chico más mayor, que, aunque no lo dijo claramente, yo me olí que era gay desde el principio. El alcohol me quitó el miedo y me decidí a actuar delante de todo el mundo. Me tumbé a su lado en la hierba y empecé a hablar con él. No sé cuánto tiempo tardé en espetárselo, pero al final le dije, "¿Crees que se puede ser… bisexual?" (🙄). El truco me funcionó perfectamente, y en un santiamén, nos piramos ''a mi casa a pillar más cerveza''. Nos acabamos saltando una verja y nos metimos en un campo, y después de un beso un tanto extraño empezamos a follar como conejos junto a un árbol.

Repetimos la experiencia varias veces. La verdad es que creo que él pensaba que entre nosotros había algo más de lo que realmente había. pensándolo ahora, fui bastante capullo por utilizarle solo para tener sexo, pero yo tenía 16 años y él 17, y la realidad es que cuando quería que alguien me follase en los columpios del parque, para eso estaba él ahí siempre. Da igual, estos encuentros al aire libre tuvieron de todo, arbustos, zarzas, barro, lugares públicos, y me metieron la idea del riesgo en mi cerebro y la conectaron profundamente con los aspectos más excitantes del sexo.

Mi época de veinteañero fue extraña, plagada de novios y de sexo convencional. De forma periódica me iba a chupar pollas en Sackville Gardens, de cruising por Chorlton Meadows o a pajearme con alguien en los servicios de Cruz 101 (eso es otra historia para otro momento), pero en general, me aventuré mucho menos a explorar mi sexualidad. Me netraron las ganas de mudarme e ir a otros sitios. Fue la llamada de la jungla.

A los 29, me mudé a Londres y lo que encontré allí fue hombres, parques y un montón de sitios al aire libre. Además, me di cuenta de que se podía convencer muy fácilmente a estos hombres para ir a follar al aire libre.

He vivido más o menos en la misma zona de Londres durante 10 años, por lo que me conozco muy bien los parques de mi barrio por la noche. Los parques son grandes, pero también lo es la población. Aunque hay muchas opciones, todas ellas conllevan un cierto grado de riesgo que es lo que me llama la atención.

Una noche un follamigo y yo fuimos al cementerio anteriormente citado, y sin darnos cuenta, nos siguió una pandilla de chavalotes. En el momento en el que el otro tío justo acababa de coger el ritmo metiéndomela los oímos gritar y decirnos cosas en medio de la oscuridad del bosque; con los crujidos de las ramas cada vez más cerca de nosotros. Nos subimos los gayumbos y corrimos hasta meternos más en las profundidades del cementerio, mientras los podíamos oír cerca detrás de nosotros. Nos escondimos al final en unos arbustos y esperamos a que los ruidos se alejasen…y después terminamos lo que habíamos empezado. La emoción de escapar y los latidos de mi corazón hicieron que toda la experiencia fuese aún más adictiva.

El cementerio es genial, pero mi verdadero territorio es Victoria Park. He perdido la cuenta de las veces que me he saltado la verja para quedar con tíos allí. Y no creo que sea una casualidad que todos esos polvos memorables tengan entre sus ingredientes el riesgo o el peligro. Ya sea un ciclista que se para a mirar a las 4 de la madrugada, o un coche de seguridad que nos da las luces, o darme cuenta de que había un tío borracho al lado en los mismos arbustos, una vez que el tío que me estaba follando se había corrido, todo esto es lo que hace siempre que la sangre se me acelere, ese potencial de que te pillen.

En los parques urbanos, debajo de los puentes de los canales, en los servicios de los pubs, una vez al borde de una autovía. Si estoy con un tío y me apetece, no hay nada más excitante para mí que bajarme los pantalones cortos por detrás (desafortunadamente, mis encuentros al aire libre tienen lugar sobre todo en las temporadas en las que se puede llevar pantalones cortos), echarles saliva en la polla y que me la metan. Hasta si es solo para unas cuantas embestidas mientras no mira nadie, me excita un montón.

También me pone tener sexo en los eventos fetichistas, pero no es lo mismo. En esos casos, sigue siendo sexo en público, pero sin ese elemento adicional de peligro o riesgo. Sin tener miedo de que te vayan a pillar, es menos excitante – estoy haciendo lo mismo que todo el mundo. Me explico, me gusta cantidad tener sexo en las fiestas de sexo, solo que es otro tipo de placer.

Hacer cruising en un club de sexo y hacerlo en un parque son dos experiencias completamente diferentes. Entre otras cosas, en una fiesta de sexo, ves exactamente lo que vas a tener. Los looks ajustados o el hecho de llevar la polla al aire te permite saber cómo va a ser la situación. Sabes que ha venido a meterla, sabe que has venido a que te la metan, por lo tanto, pongámonos a ello. En un parque (o en el bosque o en la playa o en los servicios), ¿cómo sabes que simplemente no van de camino a casa? ¿Cómo sabes lo que te vas a encontrar? No lo sabes. Tienes que valorar la situación y correr riesgos calculados. Valorar todas las miradas y los movimientos. La excitación de la búsqueda constituye la mitad de toda la diversión. Es otra capa de riesgo.

En mi caso, no creo que esté conectado con el exhibicionismo, ya que no quiero que me vean, sino que la desazón de que me pillen es lo que me pone. También quiero decir que una de las características de mi personalidad que más me definen es ser ''atrevido'' o ''caradura''. Hay algo muy atrevido en follar en unos arbustos o en los servicios durante una boda…quizá no todo el mundo esté de acuerdo con esto, pero esta es mi visión de mundo. Soy un tío normal al que le gusta sentir el viento sobre la cara, el sol en la espalda y la hierba bajo los pies cuando le preñan el culo. Guiño.

El invierno se acerca y nos encontramos en una pandemia global, por lo tanto, de momento, el sexo al aire libre no es una opción viable, pero la primavera volverá algún día, y con ella llegarán los pantalones cortos. Una tarde soleada o una noche de verano, si escuchas con cuidado, puede que oigas mis llamadas desde los matorrales – el sonido de un cerdako atrevido y feliz.

[Esta no es la primera vez que he escrito una historia sobre cuánto me gusta el sexo al aire libre. Puedes encontrar la crónica de una de mis experiencias más disparatadas en uno de los antiguos artículos sobre Problemas Fetichistas (escrito de forma anónima). Abajo tienes el enlace.]

Si quieres escribir tus experiencias en el fetichismo como uno de nuestros artículos de usuario, envía tus ideas o un primer borrador a: social@recon.com

*Foto de OhBilly haciendo cruising en 2014. No es una imagen verídica de su cuerpo actual 🤷🏻‍♂️

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