ARTÍCULOS DE NUESTROS USUARIOS: Mi despertar sexual en Cuba

ARTÍCULOS DE NUESTROS USUARIOS:  Mi despertar sexual en Cuba

de Noticias Recon

03 julio 2018

Por betaboy35, usuario de Recon

Me acuerdo de que era el año 2000 y me acababa de graduar como consumidor activo de películas porno, literalmente; sobre todo películas heterosexuales y lésbicas porque era imposible encontrar películas con hombres homosexuales. Aún no había salido del armario en ese momento (no había aceptado ni adoptado mi orientación sexual), y hablar sobre películas en las que los hombres hacían el amor entre ellos era como ponerme el sambenito peyorativo en la frente de "maricón", que era una palabra que no me gustaba nada en esa época. Sin embargo, en secreto, me imaginaba a mí mismo desempeñando el papel de poseedor o poseído por parte de uno de esos hombres que aparecían delante de la cámara como los hombres capaces de proporcionar todo el placer sexual del mundo.

Aquí en Cuba, el consumo de películas con escenas de sexo explícito, independientemente de la orientación sexual en sí, se puede decir que es moderado. Y hasta donde yo sé, el consumo no es un delito, pero la distribución y la comercialización de estos productos sí que lo son. Esto se debe a que, según la legislación de Cuba, el uso de los productos cinematográficos mencionados con anterioridad (especialmente la pornografía) "va en contra de los principios morales de la sociedad revolucionaria de Cuba."

Personalmente pienso que esa ley en particular es como un chiste malo. Pero, en cualquier caso, no voy a hablar en este artículo del código penal de Cuba y sus leyes absurdas. En lugar de hacer eso, quiero hablar de cómo descubrí mi sexualidad y mis gustos consumiendo esos productos.

Conforme pasaron los años, mi interés por la homosexualidad y las películas gays fue aumentando. El hecho de aprender más cosas sobre los diferentes aspectos de la sexualidad me abrió los ojos, ya que esos aspectos no tenían nada que ver con las enseñanzas que me habían dado mis padres, y que el velo de la sociedad me había intentado ocultar durante 24 años aquí en Cuba.

A los 34 años, y una vez que había salido del armario, tuve la oportunidad de viajar al extranjero por primera vez. Visité Europa y luego fui a Estados Unidos dos años después, allí descubrí y experimenté, en mayor profundidad, la existencia de diferentes estilos de vida que estaban relacionados con la esencia de mi identidad sexual. Esa realidad chocaba de pleno con lo que había experimentado y vivido en el país donde había nacido. Estos nuevos conocimientos removieron algo en mi interior que había estado muerto: la capacidad de amar, el deseo de amar y viajar a las profundidades más ocultas de mi alma.

Me embarqué en mi nueva búsqueda. Necesitaba información sobre todas estas identidades sexuales que eran tan diferentes entre sí y quise redescubrir por qué sentía en el interior de mi mente que yo pertenecía a una cultura que era tan diferente de la cultura cubana.

Todas estas preguntas encontraron una respuesta cuando descubrí la obra del artista finlandés Touko Laaksonen, y al ver la película sobre su vida, que se llama "Tom of Finland".

Cualquier duda que hubiese tenido sobre mi sexualidad o sobre la forma en la que la estaba viviendo o la forma en la que concebía mi vida en general se disipó cuando vi la historia de sus obras. La historia sobre todo lo que experimentó Touko, sus encuentros sexuales en parques, las redadas de la policía, los funcionarios públicos que llevan una doble vida, la persecución de los que cometían actos homosexuales en lugares recónditos y el miedo que tenía Tom de que la represión del gobierno tuviese consecuencias y represalias contra su familia, el miedo de que su orientación sexual, y especialmente su arte homoerótico, fuese desvelado por el gran público.

Era como repetir toda la historia de Cuba a través de la homosexualidad. La forma en la se cuenta esta historia, explícitamente, sin prejuicios ni estereotipos, me demostró , una vez más, que esta verdad, que es tan universal, va más allá de las generaciones, de las ideologías y de los países.

Sé que no hay nada de malo en sentirse de la forma en la que yo me siento: atraído por hombres maduros, corpulentos a veces con un poco de sobrepeso. Es normal sentirse atraído por hombres peludos. Y no es nada fuera de lo común estar atraído por las prendas de cuero en cualquiera de sus formas, ya que es otro signo de masculinidad, de fuerza sexual, donde la camaradería también puede resaltar su importancia en el nivel más íntimo de los juegos de intercambio de poder y de los roles al realizar prácticas sexuales.

La película sobre la vida de Tom me mostró cómo su arte expone una gran número de manifestaciones sexuales, que han influenciado a muchos seres humanos de todas las partes del mundo durante más de 50 años, todas estas personas han encontrado inspiración en sus dibujos para amar, vivir y disfrutar del sexo en todas sus formas sin miedo.

"Tom of Finland" me ayudó a entender muchas cosas que aún no había comprendido sobre mi sexualidad. Y también me hizo mirar a la realidad de mi país con tristeza ya que, si a día de hoy el gobierno aún no entiende o acepta los derechos de los diferentes grupos sexuales, aún tardarán otros 20 años en aprender más sobre esta cultura y sus difernetes estilos de vida.

Como un amigo británico me dijo una vez: "Luis, Cuba aún sigue anclada en la ideología sexual de los años 50."

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