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Noticias Recon
30 julio 2018
Por Godsire, usuario de Recon
Por qué me gusta el dolor
Soy un sádico. Soy un tipo de persona a la que le gusta inflingir dolor a sus sumisos. Sin embargo, también me he dado cuenta de que únicamente me gusta causar dolor a los hombres a los que les gusta que se lo causen.
La primera experiencia que tuve con un tío en la que disfrutamos del dolor, él se retorcía de dolor y hundía su culo en las sábanas. Me enseñó bastante sobre cómo controlar bien al sumiso, cómo y cuándo golpearle.
Creo que la mejor analogía con el dolor es el hecho de beber café. Cuando bebes café por primera vez, tiene un sabor amargo al principio y ese sabor dura un rato después de tragarlo. Luego experimentas el sabor que queda. Una experiencia muy diferente del sabor de principio. Es cierto. Podría pillar mi fusta y darte golpes ahora mismo y te dolería, pero una sesión no es así, se trata de algo diferente. Mi intención cuando utilizo esa herramienta es encontrar ese "casi ahhhh de dolor". El punto en el que duele un poco, pero no tanto como para que quieras que pare. Cuando encuentro ese punto y empiezo a bailar justo sobre el umbral de esa sensación – un golpe un poco más suave, otro un poco más fuerte que el anterior – lo hago poco a poco, progresivamente. La intención que hay detrás de todo esto es que el sumiso empiece a segregar endorfinas. Puedes engañar al cuerpo haciéndole pensar que estás en ''peligro mortal''. Como si uno de nuestros antepasados estuviese escapando de un predador y arañándose al pasar al lado de las piedras y la maleza. El cuerpo segrega endorfinas para darte un subidón y para que te muevas más rápido y puedas pensar con más claridad y así escapar del peligro en el que estás. Es una sensación flipante al enmascarar el dolor y hacer que las endorfinas aumenten tu tolerancia al mismo. Es un subidón similar al de los surfistas, paracaidistas; todos los que practican otros deportes "extremos" esperimentan ese subidón natural.
Una vez que tienes ese pequeño subidón, verás que los impactos de mi fusta sobre tus pies te proporcionan una sensación diferente. Como una pequeña descarga de electricidad estática de placer, no necesariamente con el primer impacto, sino con la sensación que irradia y deja detrás de él. Esos impactos acabarán haciéndote daño si te golpeo MUY fuerte pero la mayoría se sorprende al ver que disfrutan de esa sensación.
Si no estás seguro de si lo odiarías o no, te recomiendo que pruebes los juegos con dolor. Una cosa importante a tener en cuenta para aquellos que aún no están iniciados en el "bajón del sumiso". El bajón del sumiso consiste en la caída de los niveles de endorfinas desde el nivel más alto al que se puede llegar en las sesiones más intensas como los juegos con dolor. Es algo de lo que debes conocer antes de que pase. Puede parecer como una depresión ya que habrás tenido un bajón súbito de los elementos químicos que te hacían sentir bien. Como consecuencia, después de un rato, esos elementos químicos se equilibrarán y empezarás a sentirte normal otra vez. Algunos prefieren que se les sujete físicamente después de una sesión y quieren que se les asegure que lo han hecho bien o que son valorados para contrarrestar los sentimientos negativos que están experimentando. Otros lo único que quieren hacer es irse y estar solos.
Entonces, ¿por qué me gusta el dolor? Me gusta porque se le considera como algo malo o desagradable, en cambio, otros saben aceptarlo y permiten que se convierta en algo muy íntimo y hermoso. Convierto, moldeo y acepto las sensaciones procedentes del dolor en una descarga de endorfinas. Yo soy el responsable directo de todo esto, el que domina el cuerpo de mi sumiso, esa es la razón por la que me gusta el dolor. Es otra for a de expresar y usar los tabús para controlar al otro.
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