ARTÍCULO DE USUARIO: Rareza espacial
de
Noticias Recon
27 enero 2020
Por CarbonUnit
"Entonces, ¿qué se supone que eres exactamente?"
Señaló con desgana mi look: una camisa de uniforme de rubber y una corbata de poliéster de tienda normal sobre un traje de neopreno del revés (¡enseñando bien las marcas de las costuras!) y botas de granjero y de neopreno hasta las rodillas.
Como llevaba guantes de surf de 5mm y guantes cortos de atar hechos de partes de rubber para el suelo, casi ni podía darle la mano, mucho menos coger cualquier otra cosa como un vaso a esa hora de cóctel oficial.
Me encogí de hombros. La frase "look completo de marine especial intergaláctico" no se ajustaba exactamente a lo que llevaba puesto. Salí de casa con un mix de artículos deportivos usados y aprovechados, pero me sentía como si valiese un millón de dólares mi look. Cuando me estaba mirando ese tío, analizándome de arriba a abajo y con su look perfecto de pantalones y camisa de cuero a medida, mi look de repente parecía no solo poco práctico, sino también muy en plan hecho en casa.
Me rayé – y me quedé con hambre en esa fiesta. Los cyborgs pueden llevar lo que quieran, al parecer, ya que no se alimentan a través de la boca.
Llevo yendo a sitios fetichistas lo suficiente como para apreciar la paradoja de la conformidad: todo el mundo se intenta diferenciar del rebaño poniéndose exactamente lo mismo. Mis propias ganas de concordar con la conformidad eran tan fuertes como aparentemente inconscientes. Unas semanas después de experimentar mi primer orgasmo, le di la vuelta a la buhardilla buscando los antiguos uniformes militares de mi padre y corriéndome encima de ellos. (un día, después de mucho meses, desaparecieron, supongo que bajo las llamas de una buena hoguera.)
Justo antes de esto, había desarrollado un fetichismo hacia no solo la mera uniformidad sino hacia la absorción total. Me acuerdo de haber visto al Comandante Decker manipular circuitos derretidos para unirse físicamente con V'Ger, la "máquina viva" de Star Trek: The Motion Picture. Un Max von Sydow con barba en Dune, llevando un traje de supervivencia de rubber pegado al cuerpo, bebiendo su propia orina filtrada, con unos ojos digitalmente más que azules mientras que la especia del ambiente cubría su cuerpo. Batty el personaje bioingeniado pero con alma, siendo retenido por el cazador implacable que no se imagina que puede que compartan un origen común (¿o sí que se lo imagina?). y por supuesto, el cebo del borg.
Mi activa imaginación cogió los elementos de esta y de otras películas clásicas de ciencia ficción e hizo crecer una vida interna tan rica y variada que consumir porno parecía hasta innecesario. Ya se tratase de quedar asimilado dentro del colectivo, alojando una forma de vida alienígena o teniendo un cuerpo sintético en vez del de carne y hueso, la línea brillante que cruzaba todas estas fantasías quería convertirse en algo diferente – algo más -- que solo algo humano, una cualidad mucho más positiva que la superficialidad y la coerción de nuestro presente tecnológico, que normalmente nos acaba dejando sintiéndonos como algo menos.
En los comienzos de mi viaje fetichista, un mentor intentó guiarme para poder ser legible – es decir, para elegir el look y cultivar los hábitos que clarificaban mis intereses e intenciones a los demás para intentar encajar en este mundo (y follar, claro), algo con lo que no maridaban muy bien mis peculiares intereses. Me conocía lo suficiente como para moldearme a mí mismo a cualquier tipo de sesiones y roles. Me comprometí con grupos fetichistas, ayudé a organizar eventos, hice amigos y a veces hasta follé.
Pero ese tipo de sexo no tocaba la profundidad de mi fetichismo, que parecía ser demasiado raro como para poder confiarme a mis amigos y contárselo. Y durante largos periodos de tiempo en los que no me sentía motivado como para intentar encajar, no mantenía relaciones sexuales.
Quizás inesperadamente, el primer novio al que le hablé de mi fetichismo no estaba metido en ningún tipo de ambiente. El juego de intercambio de roles en plan humanoide-cyborg-impregnado-por-extraterrestres-hostiles que nos montamos fue un momento para encontrarme a mí mismo – de ver que todo eso podía hacerse realidad, para empezar, y que se podía hacer con alguien que no solo te lleva la corriente, sino que se quería meter con mucho entusiasmo en algo muy extravagante.
En ese momento tuve que mostrar mi vulnerabilidad de una forma que no me había atrevido a hacerlo antes en público, ni en la vida fetichista rutinaria - vulnerable de una forma que nunca me había mostrado en ese espacio. También requería que continuase la aventura de crear una experiencia con otra persona, y que confiase en mi compañero, ah y para tener en cuenta que decidir modificar nuestro viaje hacia una dirección algo diferente no era lo mismo que me dijese que no.
Finalmente, he aprendido que estar orgulloso, reconocer y presumir de toda mi rareza es mucho más sexy que intentar diluirme y convertirme en alguien que lo único que hace es encajar dentro de unos moldes definidos. Hasta a la gente que no quiere hacer ese viaje conmigo le encanta el camino que yo he elegido. Por lo que respecta a mis compañeros marines espaciales: no hay mayor coraje ni mayor recompensa que armarse y permitir que alguien llegue hasta lo que realmente eres en tú interior.
Si quieres compartir tus gustos fetichistas personales en uno de nuestros artículos de usuarios, envía tus ideas o un primer borrador a: social@recon.com
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