USUARIO: El impacto de los juegos de impacto.

USUARIO: El impacto de los juegos de impacto.

von Recon News

09 Januar 2021

Por beta

Mi vida atravesó una transformación importante hace tres años, era la primera vez que iba al Folsom de Berlín. El ver cómo torturaban a varios hombres me despertó la curiosidad de saber cómo encontraban placer en el dolor. No me había pasado antes y quería descubrir más.

Como marica sumiso que era, además de vivir en Oriente Medio, no tenía muchas oportunidades en una comunidad pequeña dentro de otra comunidad pequeña, además de que es un tabú aquí. Como era un masoquista principiante, los amos más experimentados no estaban interesados en montárselo conmigo o enseñarme. Tuve que leer, viajar, descubrir todo por mi cuenta, hablar con otros y aprender de otros hombres más experimentados a los que les guata el BDSM.

Mi interés en los juegos de impacto ha crecido hasta el punto de que no siento placer cuando me monto una sesión en plan convencional. El dolor es lo que me da placer, mi nivel de aguante casa vez se ha hecho mayor con el tiempo, con la experiencia y con la perseverancia; no lo he abandonado después de tener algunas sesiones muy muy fuertes, sino que me han hecho mejorar, superarme, aceptar y aprender cómo puedo aguantar aún más. Creo que esto ilustra mi único objetivo, no me daba miedo tomar riesgos para alcanzar mi propia felicidad a pesar de los obstáculos que tenía en mi vida.

Para mí, el masoquismo es como una adicción, cuánto más lo hago, más quiero. Es como un círculo interminable. La última experiencia que he tenido con mi amo cariñoso me enseñó y me abrió los ojos sobre muchos temas de los que no me había dado cuenta antes. La felicidad y el disfrute de mi amo al azotarme o al darme latigazos no tiene precio, combinado con el placer que procede del dolor que infringe a mi cuerpo, es como una droga adictiva.

El hecho de sentir cada punta de los extremos del látigo llegando uno después del otro tocándome lentamente la espalda y el culo como una ola que llega a la orilla, seguido a continuación del viento que me golpea la parte posterior de los hombros y la piel de la espalda, y que procede de mi Amo, todo esto es lo que le da a mi cuerpo el tiempo de crear endorfinas, de aceptar y darme por vencido, de convertirme en una misma entidad junto con los golpes. Con los ojos cerrados, las manos atadas, sintiendo que no tengo escapatoria, estoy a la merced de mi Master y cantar en mi cabeza me ayuda a relajarme, a obedecer, y a centrarme en la felicidad que viene de cada latigazo, tras cada latigazo.

Mi Master está aumentando la intensidad y la velocidad de los latigazos, pero mi cuerpo está listo para recibirlos todos con amor, con cada pinchazo que me da con más fuerza, mi Amo me muestra que su amor es más fuerte que un segundo antes. Mi corazón late más rápidamente, siento el subidón de adrenalina, respiro cada vez más deprisa, lo siento todo por debajo de la máscara que me cubre la cara. Nunca me había sentido así de feliz, estoy como colocado, emocionado y enganchado.

Me pone mogollón servir a mi Master, el momento en el que soy más feliz es cuando veo cómo le brillan los ojos después de cada latigazo y después de dejar una marca en mi espalda y en mi culo. Mi Master me ha hecho adicto a él y a sus juegos de impacto. Ahí es cuando llego al séptimo cielo, el dolor es placer. Soy masoquista y sumiso, es lo que define mi carácter, no es algo que estoy intentando ser o algo así, sino que es la forma de ser honesto conmigo mismo y con los demás.

Si quieres compartir tus experiencias fetichistas o morbosas, con tu nombre o de forma anónima, envía tus ideas o un borrador a: social@recon.com

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